En la vida no existen las casualidades. En política no hay coincidencias. Y, en vísperas de la investidura más fenicia que vieron los siglos pasados y verán los venideros, las mentiras son exactamente lo que parecen: embustes. Si el marco moral en el que se desarrolla todo este circo, donde el miles gloriosus del PSOE aspira otra vez a ser nombrado César, ya era infame, la noticia de que el Ejecutivo (en funciones) ha comenzado a tramitar un año después las peticiones de indulto (a la carta) para los políticos socialistas encarcelados por los ERE, no puede entenderse como un evento atmosférico o circunstancial. No. Se trata de una evidencia (manifiesta) de la ausencia de cualquier convicción institucional. ¿Osáis discutirme la amnistía en Catalonia? Pues también habrá indulto en la Marisma. El marco es idéntico: políticos legislando para que otros políticos que han cometido delitos por los que están condenados salgan a la calle para reírse de la justicia. La igualdad (socialista) era esto.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.