El alcalde está de subidón. Por lo que leemos en la competencia, y tomando todas las cautelas necesarias, da la impresión de que cree que su primer trimestre ha sido un éxito: el regidor malagueño come prácticamente en su mano, a Ella le encanta tenerlo de acompañante en los actos institucionales, la oposición sestea y quienes hasta hace nada decían que no tenía liderazgo ahora lo llaman discreto y acuden a pedirle el dinero de todos. Basta controlar un presupuesto para que los fenicios cambien de criterio, cosa que sólo es posible si se carece del mismo.
La Noria del sábado en El Mundo.
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