Desde el origen mismo de los tiempos, el poder consiste en castigar y premiar las conductas ajenas, al tiempo que, en la modalidad concreta de la tiranía con caudillaje, incluye la capacidad de amnistiar los pecados propios y perdonar los delitos de familiares, parientes y amigos. A medida que discurren las horas desde la consumación de la investidura de la infamia, que es perfectamente legal, pero igualmente ilegítima porque secuestra el mandato electoral del 23J para un fin distinto al votado, se distinguen los gestos del nuevo tiempo. En primer lugar, la voluntad de El Insomne de encastillarse, igual que un monarca absolutista, sordo ante las advertencias de prudencia y ciego ante la decencia. En segundo término, la entrega y sumisión de los sumables al independentismo, haciendo cierta la afirmación de que todos los comunistas, y especialmente los zen, encierran en su interior a un supremacista. And last, but not least, la colosal irrelevancia del PSOE indígena, que no ha conseguido ni un solo ministro propio en el gabinete de privados, sastres y vestidores del neosanchismo.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.