La censura, en cualquiera de sus múltiples formas, es el síntoma de una profunda incapacidad intelectual. Quienes la practican atentan contra la libertad (ajena), pero el mayor daño que perpetran es el que cometen contra sí mismos, al hurtar a su cerebro el regalo de que alguien te lleve la contraria. Pensar con sentido crítico consiste, básicamente, en saber rebatir con argumentos, antes que limitarse a enunciar algo. Supone además poseer la capacidad de construir analogías a partir de elementos contradictorios, condensándolos en nuevas ideas. La inteligencia natural usa un mecanismo muy similar a la metáfora: observa, antes que nadie, la doblez y el misterio de las cosas que se nos presentan como rotundas e indiscutibles. El gran interrogante que provoca la destrucción de estatuas de determinadas figuras históricas en Boston, Richmond, Londres, Miami o Bristol a raíz del caso Floyd es descubrir el sentido último de semejantes acciones. ¿Por qué piensan que Churchill fue un racista? ¿Cuál es la causa para que guillotinen a Cristóbal Colón?
Los Aguafuertes en Crónica Global.
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