Vivimos en una sociedad extraña donde querer quedar bien y la búsqueda del interés personal son cuestiones más importantes que la verdad y la justicia, dos conceptos (ancestrales) que definen a la verdadera condición humana y que parecen haber quedado arrinconados en una esquina de la historia. A tres semanas escasas para las elecciones del 23J, hemos visto al Insomne Sánchez hacer un carrusel por todas las televisiones del mundo, sonrientemente desesperado ante un final que parece inevitable; al Reverendísimo, Il Signore de la Marisma, organizar un debate parlamentario –innecesario e insoportable– únicamente para hacer suya la bandera del arco iris y a un tribunal de la Audiencia de Sevilla, formado por tres magistradas, eximir completamente a Griñán de su condena de cárcel, mientras mantiene entre rejas al resto de los encausados por el saqueo de los ERES. Nada importa, salvo el propio interés. Que los políticos hagan teatro (malo) o que Griñán eluda la cárcel que merecen sus actos y exigen sus omisiones, como ya hemos escrito otras ocasiones, en contra del coro de plañideras y la docta opinión de los heraldos (pensionados) no son sorpresas.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.