Una simple brasa es capaz de provocar un incendio. Una grieta leve en el vientre calafateado de una embarcación puede causar el hundimiento de un transatlántico. Ni el fuego ni el océano son enemigos leales, como saben tanto los bomberos como los viejos marineros, así que no conviene distraerse en exceso cuando uno tiene que lidiar con ambos ni perderles el miedo. Muchas de las catástrofes –sobre todo políticas– tienen un origen modesto. Cuando las amenazas se han convertido en peligros o ya son hechos rara vez tienen remedio. Probablemente por esto el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, decidió esta semana precipitar una crisis en su equipo de gobierno –anunciada hace tres meses pero no concretada hasta el momento–, justo antes del paréntesis de agosto (un mes inhábil porque el Parlamento cierra sus puertas). Los cambios certifican que el líder del PP andaluz ha comenzado la larga carrera electoral que conduce a los comicios regionales de 2026.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.