La vida es una extraña sucesión de ambivalencias. La política, un caudal de ambigüedades. Este martes, el mismo día que la Fundación la Caixa inauguraba en Valencia su CaixaForum, obra del arquitecto Enric Ruiz-Geli, con Isidre Fainé, Ximo Puig y Joan Ribó dedicándose petaladas, que es lo habitual en estos casos, la vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mónica Oltra, criatura quebrada del Botànic, dimitía entre lágrimas y llantos alegando que su imputación judicial –por una supuesta negligencia (y acaso mala fe) a la hora de proteger a una menor de la que había abusado su exmarido– suponía una “victoria de los malos”. La exposición elegida para abrir el centro cultural, comisariada con el British Museum, está consagrada a los faraones de Egipto. Mejor dicho: a sus vestigios, porque dejaron de existir hace milenios. No se nos ocurre metáfora con mayor alcance sobre la evaporación del poder terrestre. Los imperios caen, las civilizaciones se hunden.
Los Aguafuertes en Crónica Global.
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