Es un fenómeno inaudito. En el Sur somos derrochadores del talento y, al mismo tiempo, sus ladrones más disciplinados. Saqueadores profesionales. La cultura, ese milagro cotidiano, sólo se entiende por estos pagos indígenas en clave patriótica, como un ejercicio de manipulación política. En la república meridional que todavía llamamos Andalucía, la cultura sólo es una medalla dorada que se lleva con orgullo en el pecho el día de fiesta mayor en la marisma.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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