En política, igual que en física, rige la ley (extrema) de la gravedad. Lo que sube en exceso, antes o después, desciende. Y quien vuela sin tomar precauciones corre el riesgo de estrellarse de forma súbita. Moreno Bonilla, desde luego, no es Ícaro. Su pharmacos –la colina desde la que, según Robert Graves, los antiguos cretenses arrojaban a personas al mar ataviadas únicamente con alas de perdiz– no es tanto un precipicio como la estabilidad (política y social) lograda tras seis años de gobierno de las derechas en el Sur de España. La grave crisis provocada por los errores y las evidentes negligencias encadenadas en la gestión de las pruebas de cribado de cáncer en la sanidad andaluza ha quebrado, de forma más intensa que nunca, esta sensación de imperturbabilidad que acompañaba al inquilino del Quirinale desde que en las navidades de 2018 se produjera el eclipse socialista y la Junta cambiase de signo político.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
