Séneca, un patricio romano al que algunos consideran andaluz, decía que los pobres se ríen más, y de forma más auténtica, que los ricos. En esto emula a Epicuro, que sostenía que la pobreza, si es honesta, no es sino una riqueza camuflada que no sabemos ver. Debe ser el azar, porque la convicción se nos antoja cosa remota, lo que hace coincidir la teoría estoica del desprendimiento material -formidable lección de vida- con la particular concepción de los socialistas sobre Andalucía.
Las Crónicas Indígenas del lunes en El Mundo.
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