La fuerza, dejó dicho Conrad, es sólo un accidente cuya causa (pasajera) es la debilidad ajena. Antes o después, se agota. La cita parece exacta para describir el devenir político de Podemos, similar al de una montaña rusa cuya cumbre sólo es el preámbulo de una violenta caída potencialmente mortal. El posicionamiento de los antiguos jacobinos morados en la guerra avivada por los nacionalistas para desequilibrar la democracia española va camino de terminar acelerando el despeñamiento progresivo de su proyecto, que se inicia tras el pacto con IU, desaparecida ya del mapa político, y se consuma algo después en Vistalegre II. El partido de Iglesias y Cía, que comenzó siendo la suma inteligente de distintas minorías sociales con vocación hegemónica, mutó a partir de entonces hasta convertirse en una empresa familiar. Ahora, tras aliarse con los soberanistas, todos los sondeos electorales le auguran un inminente descenso de respaldo popular que puede condenarlos a la irrelevancia.
Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global.
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