Los grandes cazadores son animales pacientes. Saben que las piezas a campo abierto sólo se cobran si sabes cuándo dar el disparo de gracia. Es lo que está haciendo el ejército susánida en las vísperas de la interminable guerra por Ferraz, sobre la que nadie tiene dudas que tendrá lugar más pronto que tarde, pero cuya inminencia acaso no sea tan cercana como dan por descontado ciertos analistas. Andalucía, dada su condición de República Indígena, funciona con un calendario singular. Y Su Peronísima, la encarnación del absolutismo meridional, usa un reloj que no sigue las convenciones. Ella no cuenta los años por meses ni las semanas por días. Sus horas están movidas por la pulsión del poder completo, que, igual que en los relatos de Borges, puede convertir un segundo en un siglo y un año en un suspiro.
Las Crónicas Indígenas del viernes en El Mundo.
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