Walter Benjamin tenía razón: uno sólo descubre a la gente que le quiere de verdad en el momento de las despedidas. Hasta el cariño más fingido e impostado se convierte en un sentimiento sincero a la hora exacta del adiós. La política indígena está llena de puentes de plata. Los socialistas han empezado esta semana a entonar la melodía del coro de la canción de los Beatles: “You say, Yes, I say, No / You say, Stop and I say, Go, go, go / Oh, no! / You say, Goodbye and I say, Hello, hello, hello”. El Quietista, ya deben ustedes saberlo, queridos indígenas, ha sido nombrado portavoz del sanchismo en el Senado, lo que equivale a hacer pública la noticia (oficiosa) de que la sede del PSOE de la calle San Vicente ya es sede episcopal vacante. ¿No lo ha sido acaso desde el hundimiento de Su Peronísima? Espadas, al que en esta nueva etapa deberíamos empezar a llamar Joan, lo niega. Pero ya sabemos que en todas las parroquias existen curas que predican la existencia de un Dios en el que ni ellos mismos creen.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.