Borges escribió de Quevedo que, como Joyce, Goethe, Shakespeare o Dante, “era menos un hombre que una dilatada literatura”. Es decir, un adjetivo literario perdurable, con significación propia. Absolutamente libre y distinto. Algo similar le sucede a Andrés Trapiello (Manzaneda de Torío, 1953), probablemente el dueño de la mejor prosa en español de nuestro tiempo, firmemente anclada en nuestra tradición literaria y, justo por eso, inteligentemente innovadora en un contexto general de estolidez cultural. La modernidad, en contra de lo que se piensa, es una cosa antigua. Ancestral.La carrera del escritor leonés en el mundo de las letras ha prolongado con indudable talento la herencia (deleitosa) de los mejores autores del pasado siglo bajo las formas del ensayo, la narrativa, el articulismo y la poesía, siempre al amparo de los grandes maestros: Cervantes, Juan Ramón Jiménez, Baroja, Azorín o Galdós.
Las Disidencias en #LetraGlobal.
Deja una respuesta