A Bertrand Rusell, el gran filósofo lógico, le preguntaron una vez las razones por las que no creía en Dios. Su contestación fue la siguiente: «Si algo es verdad, lo es; y si no lo es, no lo es. Si es verdad debes creerlo; si no lo es, no debes creerlo. Si no sabes si es verdad o no, deberías posponer tu opinión. Lo que es deshonesto y dañino para la integridad intelectual es creer en algo sólo porque te beneficia y no porque pienses que es verdad».
La Noria del sábado en El Mundo.
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