La izquierda española tiene por delante dos citas capitales: Vistalegre II y las primarias del PSOE. En ambos casos litigan por el poder (relativo) tres bandos enfrentados, lo que nos lleva a la conclusión de que cualquier mesa sobre la que quiera construirse una alternativa al PP debe contar con varias patas. Con un único apoyo no se tendrá en pie. En la lucha por el trono de Ferraz se dirime una batalla clásica entre dos nociones de socialdemocracia: la de los apocalípticos, que representan las bases del PSOE, y la de los integrados, que cuenta a su vez con dos ejércitos distintos: el de los mercenarios contratados por los patriarcas de Suresnes y las huestes del peronismo rociero, la forma absolutista del maternalismo dependiente.
Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global.
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