Noticia de alcance: Il Presidentino, igual que Aznar, también habla catalán en la intimidad. La campaña de los genoveses en contra de la reforma del delito de sedición acordada entre la Moncloa y los independentistas ha facilitado el descubrimiento. El Reverendísimo, después de colgar un mensaje –modo argumentario– en su cuenta de twitter, lo duplicó en la lengua de Josep Pla para que no quedara duda sobre cuál es su posición a los andaluces de Cataluña, que hablan español, por cierto, aunque muchos dominen también el catalán. ¿Hacía falta? En absoluto, pero como dice El Nota –el personaje de El Gran Lebowski, la película de los hermanos Coen– “la alfombra no era gran cosa, pero le daba ambiente a la habitación”. El Gran Laurel sigue disfrutando de las mieles de su absolutísima y celebrándose a sí mismo. La gente le detiene por la calle, le aplaude. Se hacen fotos con él y, según los heraldos, le adora. No es que queramos ser agoreros, pero lo mismo decía el comando fango de Zoido, el barrilete cósmico, cuando sacó mayoría en Sevilla y, cuatro años después, estaba fuera. Estas cosas ocurren, sobre todo, cuando te confías en exceso y empiezas a pensar que no hace falta gobernar –esto es: resolver problemas– para ganar las elecciones. Parece ser la época de color en la que ahora mismo está inmerso el inquilino del Quirinale, que lo ve todo sub rosa.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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