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Archivo de marzo 2020

Darwinismo en Alcalá del Valle

carlosmarmol · 24 marzo, 2020 · Deja un comentario

En Rey Lear, Shakespeare escribe que la ingratitud de los hijos con sus padres es más espantosa que los monstruos del mar. Recordamos -que significa volver a pasar por el corazón- este principio moral tras la tragedia que la tibieza de las Santas Instituciones ha provocado en Alcalá del Valle, uno de los pueblos blancos de la sierra de Cádiz, cuyo alcalde reclamaba auxilio porque en una residencia de ancianos han muerto tres internos, cuarenta han contraído el coronavirus y más de la mitad de sus cuidadores están contaminados por la pandemia. El regidor, Rafael Aguilera, denuncia que a pesar de sus desesperadas demandas – 58 personas han sido infectadas por el COVID-19 en la localidad- ni el Estado ni la Junta de Andalucía les socorren. Ha tenido que ponerse él mismo, ayudado por algunos de los concejales, a cuidar a los ancianos: sin equipos de protección, sin medios, sin descanso. Sólo por esta actitud, en un contexto donde los políticos se absuelven todos los días a sí mismos, el alcalde merecería la medalla de Andalucía. No se la darán nunca, por supuesto.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

 

Tres plegarias fenicias

carlosmarmol · 23 marzo, 2020 · Deja un comentario

En una de sus disertaciones sobre poesía, el escritor argentino Jorge Luis Borges menciona un relato de Kipling –The Manner of Men– donde se reproducen tres antiguas supuestas plegarias fenicias que, a su entender, condensan de forma ejemplar, y sin duda perdurable, ese sentimiento estremecedor de la llegada de la muerte, vista como una vivencia íntima y, al mismo tiempo, compartida. “Madre de Cartago, devuelvo el remo” es la primera. “Duermo, luego vuelvo a remar”, la segunda. La tercera reza así: “Dioses, no me juzguéis como un dios/sino como un hombre/a quien ha destrozado el mar”. Son los cantos postreros, los nobles himnos de despedida, de hombres lejanísimos que concebían la vida al modo de una perpetua navegación. Un adentrarse solos en el mar sin tener la certeza de regresar. En su último adiós al mundo, los milenarios navegantes expresan, más que un lamento o su angustia, la dignísima aceptación de su destino y también un desconcertante sentido de la fraternidad. Ninguno de ellos, aunque se encuentren con el pie en el estribo, cree que sus remos, gracias a cuyo impulso han gobernado las olas, les pertenecen; piensan que son un patrimonio de todos los hombres y, en consecuencia, de ninguno en concreto. Igual que la vida. La muerte aparece en estos textos eludida, como si fuera un sueño que un día concreto, a una hora exacta, se convierte en realidad. Morir, según la segunda de estas plegarias, es continuar viajando. La tercera elegía parece preventiva: al temer el juicio de los dioses, el marinero anónimo reclama que, dada la fragilidad de la condición humana, se le trate con piedad.

Los Aguafuertes en Crónica Global.

Barcelona, 1918

carlosmarmol · 21 marzo, 2020 · Deja un comentario

“El naturalismo –pienso– sólo tiene un defecto: ser verdad. La frase de Carnet de que los libros naturalistas se deben leer con un ramo de rosas al lado es una frase un poco cursi, pero incluye un consejo apreciable. El naturalismo no gustará nunca mucho porque implica la descripción y el reconocimiento de la cloaca –pequeña o grande– en la cual nos movemos. Sobre la cloaca montamos nuestras endebles, miserables convicciones”. Josep Pla escribió este extraordinario párrafo en 1918. Contaba entonces con unos escasísimos 21 años y, gracias al milagro de las analogías –esas similitudes circulares que a veces nos regala la Historia–, se encontraba, como nosotros un siglo y unos días después, preso de una cuarentena. Estudiante diletante de Derecho, ambicionaba hacer carrera en el mundo de las letras, sin saber exactamente por dónde y cómo empezar. Sufría una angustia íntima: no tenía resuelta la cuestión de “la independencia” (personal, se entiende). Se había visto obligado por causa mayor a abandonar Barcelona, donde cursaba leyes, para refugiarse una temporada en Palafrugell. “Como hay tanta gripe, han tenido que clausurar la Universidad”, escribía en su dietario el 8 de marzo de 1918. Era la súbita extensión de la devastadora epidemia española, tan mortífera como la Primera Guerra Mundial, que lo había convertido en “un estudiante ocioso”. En dos años esta pandemia pulmonar mató a cuarenta millones de personas en todo el mundo –una cifra similar a la actual población de España– y contagió a bastantes más, convirtiendo la neumonía en una desgracia corriente, común e hirsuta.

Las Disidencias en #LetraGlobal.

La lotería de Babilonia

carlosmarmol · 20 marzo, 2020 · Deja un comentario

«Si la Biblia no está equivocada,/el mundo va a reventar/La gente está loca, corren tiempos extraños/Estoy encerrado a cal y canto, fuera de todo alcance/Solía importarme, pero las cosas han cambiado», canta Bob Dylan en Things have changed. El desamparo es igual que una ola: horada la costa minando la orilla con la misma dedicación de un heresiarca. Cada mañana nos despertamos con el parte de calamidades y los nuevos caídos en esta guerra imposible contra un enemigo invisible, microscópico, que nos ataca porque una vez nos dimos la mano o nos besamos. Si la fortuna no te acompaña, puedes terminar atrapado en una cama de hospital, donde quien tiene que salvarte tiene exactamente los mismos ojos de espanto que tú. La Marisma se ha convertido en una ciénaga. Ninguna de nuestras sagradas instituciones -y tenemos hasta cuatro niveles distintos- está siendo capaz no ya de anticiparse a esta pandemia asesina, sino de garantizar a los soldados -que son los profesionales sanitarios- un escudo para no fenecer en el frente.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

Miedo y ruina en Andalucía

carlosmarmol · 19 marzo, 2020 · Deja un comentario

El periodismo gonzo, la forma de narrar la actualidad creada por Hunter S. Thompson gracias a la inmersión del cronista dentro de los hechos, tolera la utilización de la exageración y la distorsión como fórmulas válidas para explicar la realidad. Thompson las ensayó en varios reportajes, especialmente en Miedo y asco en Las Vegas, un relato –hecho después película–sobre la cultura de las drogas de principios de los setenta. Si aplicamos su fórmula a la crisis multitarea del coronavirus, que es sanitaria, pero también política, social y económica, encontraremos que el presente en el que vive España desde hace una semana es una distopía perfecta donde lo extraordinario –las muertes, el confinamiento general, la ruina– conviven sin estorbarse. Relevándose en la tarea de destruir el frágil mundo en el que habitábamos.

Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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Ilustraciones: Daniel Rosell