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Archivo de octubre 2022

Malaka y los eunucos

carlosmarmol · 26 octubre, 2022 · Deja un comentario

No existe nada más indígena que un consejero de Turismo, o un alcalde, pavoneándose por Times Square, supuesto centro neurálgico del mundo (publicitario), para celebrar que su aldea cuenta con una conexión aérea directa con Nueva York. Imagínense la escena: el prócer silvestre intenta parecer cosmopolita, celebra las bondades de la globalización, se felicita por un mundo sin fronteras, apela al orgullo (ridículo) de haber nacido donde no ha elegido hacerlo y festeja, igual que los indepes de Berga, aquello de el mon ens mira. Puede ser pronto una estampa inequívocamente malagueña, porque en los últimos tiempos, sin que nadie tenga el monopolio de esta patología, ya la hemos visto interpretada por hijos de la antigua Malaka, que a efectos simbólicos es como la Sevilla Eterna de los costumbristas hispalenses, que llevan decenios dando la brasa con las maravillas (perdidas) de su infancia.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

Elogio y refutación de la cancelación

carlosmarmol · 22 octubre, 2022 · Deja un comentario

Vivimos en un tiempo histórico donde la antigua distinción entre víctimas y verdugos se ha desdibujado hasta casi diluirse. Parece que la humanidad entera –por supuesto, exageramos; existen excepciones individuales– siente diversos tipos y clases de padecimientos (sean reales o imaginarios) y, en correspondencia, no precisamente justa, se cree con el derecho inalienable de responder a este sentimiento (nada honroso, contra lo que acostumbra a pensarse) aplicando sobre los demás algún castigo, que a veces es material y otras puede adquirir la condición simbólica. Ambas categorías también se encuentran en proceso de desintegración: una muerte metafórica puede terminar perfectamente convirtiéndose en un deceso social. Sobre todo cuando una discusión legítima deriva en la imposición de un sambenito en lugar de formularse como un duelo entre inteligencias y argumentos. Una de las manifestaciones de este fenómeno de intolerancia tibia es la denominada cultura de la cancelación, nacida en Estados Unidos al calor de la sensibilidad identitaria de distintas minorías raciales y culturales y extendida, como una peste intelectual contemporánea, hacia las costas de Europa, donde determinados sectores han encontrado gracias a este peregrinaje un terreno propicio y fértil para institucionalizar la obstinación de singularizarse sin excesivos sacrificios. En este juego trastocado de jerarquías, donde la línea dominante se convierte en dominada y viceversa, muchos de estos aparentes outsiders hacen carrera de su indignación profesional (los riesgos son escasos; las ganancias, prometedoras) y las antiguas voces (de la tradición) por vez primera empiezan a reconocerse como periféricas.

Las Disidencias en Letra Global.

El fin de la ‘finezza’

carlosmarmol · 21 octubre, 2022 · Deja un comentario

Las mayorías parlamentarias absolutas, tan ambicionadas por los políticos, tan útiles para la gobernabilidad (totalitaria) y tan calamitosas, a veces, para el interés general (que no siempre casa con el mayoritario) traen consigo un proceso de metamorfosis (política) merced al cual, a telón abierto, los actores del gran teatro público un buen día se dejan de matices, ponen término a la sitcom y se disponen, sin afeites ni máscaras, a ejercer plenamente el poder otorgado. Se gobierna igual que se es. Y no de ninguna otra manera. De ahí que los primeros meses de la Era Absolutísima y del Gran Laurel (del 19J) estén dando inequívocas señales de que en el Quirinale ha decidido hacer un ejercicio de sinceridad, que no es necesariamente coincidente la honestidad. Más bien, todo lo contrario. El cambio (sin cambio) no sólo ha durado tres años y medio –los de la primera legislatura conservadora en la historia de la Marisma– sino que va a extenderse a perpetuidad. Por los siglos de los siglos. 

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

San Telmo ensaya su propia ‘summa’

carlosmarmol · 21 octubre, 2022 · Deja un comentario

En el ámbito de la cultura política española, concepto que para muchos tiene algo de inevitable oxímoron, existe el lugar común de que el liberalismo, cuya génesis también se disputan la tradición anglosajona –sobre todo a partir de la obra filosófica de Locke–, e incluso la francesa, como herencia de la revolución de 1789, es un inequívoco invento ibérico. De ser cierta esta teoría, no cabe duda de que se trata de una gloria trabajosa y efímera: los esforzados liberales congregados en la ínsula que es Cádiz en 1812, autores de una Constitución de vitalidad relativa y algo condescendiente con los privilegios el poder clerical del Antiguo Régimen, nunca fueron demasiados. Ni en número ni en influencia. En los pagos meridionales de Andalucía la revolución de 1831 terminó con sangre en la playa de San Andrés de Málaga. Sus mártires históricos encarnaron para el poeta Espronceda y el pintor Gisbert, que los inmortalizó en el instante de su trágico trance, un ideal romántico que tardaría tres décadas en dar frutos. Sus ideas nunca dejaron de ser exóticas flores extrañas. El tiempo no ha alterado esta fortuna –en general fatídica– de los liberales del Sur.

Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.

‘Canis mortuus, non mordet’

carlosmarmol · 18 octubre, 2022 · Deja un comentario

Desde que Cervantes les escribiera un coloquio filosófico y Buñuel y Daaaaalí rodaran El perro andaluz, joya del primer surrealismo con imágenes animadas, supuestamente para burlarse de Lorca, las equivalencias metafóricas entre el hombre y el perro se interpretan como insultos basados en el mecanismo degradante de la animalización, en vez de como elogios. Un sinsentido: los canes, en casi todas sus variantes, son almas nobles. Los mejores amigos del ser humano. Sus más leales y esforzados servidores. Quien no tiene amigos puede comprar un perro para consolarse y ahorrarse todo el absurdo pastoreo social. Quien aspira en a que alguien le mueva alegremente la cola cuando llega a casa tiene en los perros unos extraordinarios y devotos actores. Los sabuesos hacen compañía, obedecen sin discutir –que no hablen es otra ventaja– y nunca desfallecen en el servicio a sus respectivos amos. Muchos no se acordarán porque la memoria, además de selectiva, a ciertas edades es débil, pero hace cuatro años el Reverendísimo y el Adelantado Marín, envidia de las academias, prodigio de los ateneos, se enfrentaron en un breve duelo a florete porque Il Presidentino, en el fragor de la campaña electoral de la Grande Carambola, llegó a comparar al candidato del  liberalismo meridional (que en paz descanse) con un perro.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

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Ilustraciones: Daniel Rosell