Nuestro augurio -tenemos como testigo a un auditorio completo- se ha cumplido con la misma exactitud de un reloj suizo, aunque quizás el interesado alumbramiento de la noticia (relativa) pueda dar al traste con la alianza, que vincula a pesebristas, catadores profesionales del bienmesabe y ninfas (mitológicas) cuyo origen no es precisamente la Atenas de Pericles, sino la rupestrísima Vega del Guadalquivir. El exalcalde Monteseirín deseaba tener una calle. Como lo oyen. A la manera absolutista, que es la personalidad que se oculta bajo su sonrisa. Al hombre le hacía ilusión, aunque lo justificaba apelando al amor materno, que es lo que hacen los que quieren disimular su narcisismo personal. Todos tenemos madre y sabemos que ellas son las únicas que dicen la verdad: a nosotros no nos leen; a él no le votaban.
Alegoría de Narciso con ninfa
La Noria del miércoles en El Mundo.
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