“Ubi concordia, ibi victoria”. Donde existe la unión, hay victoria, decían con satisfacción los antiguos romanos, que construyeron un inmenso imperio a partir de una rigurosa, y a veces terrible, disciplina marcial. La política, esa otra forma de milicia que precede a la guerra propiamente dicha, consiste en imponerse –a ser posible en las urnas– y conservar el poder a toda costa. Algo que sólo es factible si tu ejército es eficaz. En caso contrario, no hay otra alternativa para alcanzar la victoria que la suma entre los contrarios, la práctica del arte de las alianzas. Las derechas andaluzas, hasta ahora el principal experimento de cohabitación entre supuestos iguales, va a enfrentarse en este nuevo curso político a un escenario diferente al de los últimos seis meses. La estabilidad lograda in extremis antes del verano con la aprobación del primer presupuesto del tripartito conservador ha agotado su recorrido como argumento electoral. La cuestión a partir de ahora ya no es si la alianza PP-Cs-Vox perdurará, sino cuáles son realmente los frutos de esta entente política. ¿Para quiénes gobiernan las derechas?
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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