Los cofrades, esos individuos movidos por la fe, la costumbre o el interés, que todas estas cosas son posibles en el universo de la Semana Santa, acostumbran a contar el calendario ordinario al revés. Hacia atrás y en busca de una fecha mítica: el Domingo de Ramos. Desde ayer, jueves de vísperas, ocurre exactamente lo mismo con los políticos en Andalucía, que se enfrentan a una nueva campaña electoral –la segunda en cuatro meses– después de haber vivido el terremoto del cambio de signo en la Junta. Para ninguno de ellos los comicios adelantados del 28A son una buena noticia. En un caso –es el de PP y Cs– porque de los nuevos resultados electorales saldrá –por la vía de las inevitables extrapolaciones– una relectura sobre la fortaleza de la coalición que habita en el Palacio de San Telmo.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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