En una tierra donde todavía se profesa el mito de María Santísima, y en la que la religiosidad popular oscila entre la identidad y el espectáculo, la incógnita de la fecha electoral tenía que decidirse debajo de un paso de Semana Santa. Non è del tutto vero, ma è ben trovato. El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, que ha participado estos días en los desfiles procesionales de Málaga, dijo este miércoles que en las ocho horas de estación de penitencia que le esperaban llevando el trono del Cristo de la Exaltación meditaría sobre el término de una legislatura que todo el mundo da por amortizada ocho meses antes de su crepúsculo natural y que dibujará el tablero de la política en España después de la llegada de Feijóo a Génova y el acuerdo entre PP y Vox para gobernar en Castilla-León. Andalucía puede ser la próxima estación. Aunque aún no está claro en qué sentido: si como la consumación de la cohabitación (obligada) entre dos de las tres derechas de la Plaza de Colón o como la anagnórisis de dicha alianza.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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