El escabechismo y sus circunstancias, que son mayormente electorales, porque hasta las mayorías absolutísimas no dejan de ser milagros pasajeros aunque duren mucho tiempo, ha decidido acelerar en su conversión y evidenciar en público, con generosa trompetería y verbenas, la honda devoción que nunca tuvieron, pero que conviene amplificar al Signore del Quirinale. Hablamos, por supuesto, del castigo con ritornello de los actos en homenaje al 4D en la Marisma, forzados por el ansia del Reverendísimo de inventarse un nuevo andalucismo que no es ni nuevo ni tampoco andalucismo, sino mero tacticismo con vistas al 28M. En consecuencia, este fin de semana, además de un acto institucional en San Telmo por el Día de la Bandera, que ya es fiesta oficial por decreto (esto es: sin discusión), veremos el habitual programa (algo sádico, la verdad) en colegios, institutos, peñas y estadios para “divulgar entre la población” la ficción favorita de nuestros políticos. Los de antes y los de ahora. La cosa es como para salir corriendo hasta llegar a Sinaloa, dados los efluvios patrióticos de la derecha indígena y la competencia (lacrimosa) del pretérito socialismo meridional, que en su pax parlamentaria descanse.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Deja una respuesta