En política los misterios no existen. Sólo hace falta observar los hechos -y no tener en cuenta las declaraciones de los gobernantes- para acertar, con escaso margen de error, en los pronósticos. Un ejemplo (de libro) lo tenemos en la cuestión del presupuesto de la Marisma, en manos de Bravíssimo, Il Grande Tesoriere, que este lunes tardó tres horas, tres, en «reaccionar» al regalo (envenenado, por supuesto) de la ministra Montero, Chiqui 1.200 millones no son nada, tras el Consejo de Política Fiscal, que es donde los próceres se reparten nuestros caudales. En apariencia, Il Commendatore de Torre Triana debería estar feliz: Moncloa levanta la regla de gasto -con permiso de Bruselas-, tolera un déficit del 2,2% y ofrece cubrir la mitad de este endeudamiento extraordinario con un segundo fondo covid -en Canal Sur pueden estar tranquilos, les tocará otra vez la pedrea- de 13.486 millones, cuyo reparto decidirán los partidos políticos en el Congreso. È meraviglioso, non è vero?
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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