El año que termina dentro de unos días está siendo devastador para Andalucía. En cambio, para la alianza de las derechas reunidas, las dos que gobiernan y la tercera que les presta respaldo parlamentario estable, se ha convertido en un tiempo de consolidación a pesar de las crecientes desgracias provocadas por la pandemia. Todos sondeos electorales de los últimos meses indican que el desgaste político de los inquilinos del Quirinale de San Telmo es escaso y divergente con respecto a la tónica nacional, donde la erosión de la coalición PSOE-UP es ya un hecho demoscópico. No sucede lo mismo en la gran autonomía del Sur. El deterioro electoral de la mayoría que domina la cámara legislativa de las Cinco Llagas, que esta semana ratificó el tercer presupuesto de la legislatura, únicamente afecta a Cs, donde las discrepancias internas han comenzado a mostrarse de forma agresiva, mientras los otros dos actores de la tríada –PP y Vox– no sólo gozan de serenidad orgánica, sino que sus expectativas a futuro mejoran levemente.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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