Goethe, gran poeta alemán y cortesano (profesional) en el ducado de Weimar, sostenía que el talento de un hombre se educa aprendiendo a vivir en soledad y el carácter se forja frente a la tempestad. Las elecciones en Andalucía, celebradas hace un mes escaso, han significado para Pedro Sánchez algo así como el preludio de un naufragio. El barco todavía no está hundido, pero el capitán, urgido por el exceso de peso y la entrada súbita de agua en la embarcación, ha comenzado a lanzar a parte de la marinería por la borda. Y lo hace sin piedad ni nostalgia. Francesc Cambó, el prócer catalanista, lo dejó dicho: existen dos maneras seguras de alcanzar ese grado de ebullición exacto que denominamos desastre: “pedir lo imposible es una; retrasar lo inevitable, otra”. Justo en este punto (ciego) se encuentra el PSOE. El fracaso cosechado el 19J es un hecho asumido e innegable, pero todavía no está claro si la recuperación electoral es aún un escenario factible o si el factor tiempo, que en política puede operar indistintamente como paliativo o agravante, será un aliado en esta travesía, que acaso pueda ser la última.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
Deja una respuesta