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Sánchez Mazas o el rastro de una teología española

carlosmarmol · 25 junio, 2025 ·

El verdadero punto ciego de la vida de Rafael Sánchez Mazas (1894-1966), poeta con prestigio pero sin fortuna, intelectual totalitario, cofundador de la Falange, autor del famoso ¡Arriba, España!, que es un grito más que un verso, portavoz del culto a las pistolas, el azul mahón y los correajes, no reside en el célebre episodio de su fusilamiento (mágicamente frustrado) en mitad de los bosques de la provincia de Gerona en los últimos días de la (in)civil guerra española. Los mitos, especialmente aquellos que pretenden ser heroicos, como decía el honrado (ma non troppo) Dutton, periodista del Shinbone Star en La muerte de Liberty Valance, merecen gozar del antiguo prestigio de la imprenta, pero rara vez, salvo como exageración, ayudan a desentrañar la verdad íntima de un personaje histórico. La gran anomalía de Sánchez Mazas radica en otro rasgo: su privilegiada condición de eterna ave de paso, peregrino sin asiento estable e intelectual sin huella duradera y sin descendencia política, primero como responsable del servicio de acción exterior de Falange (donde duró apenas seis meses) y más tarde en su condición (singularísima) de ministro sin cartera –léase sin responsabilidad– en el primer gobierno franquista de la posguerra, entre 1939 y 1940.

Las Disidencias en The Objective.

La noche americana de Jim Morrison

carlosmarmol · 14 junio, 2025 ·

Algunos escritores pasan a la historia por un libro o, a lo sumo, por la frase de un fragmento de sus obras. Los poetas más célebres, si el destino los acompaña, son recordados por un poema afortunado y, acaso, gracias a un verso memorable. Los pintores dejan en nuestra memoria, cada vez más débil, el recuerdo de un par de cuadros de todos los que crearon. Incluso el cine, el primer arte en movimiento de los tiempos modernos, significa para una buena parte del público algo así como una colección con los rostros, vagamente conocidos, de los personajes de las películas, seres de ficción encarnados por actores reales, dejando en el margen del río a los directores. Es una de las servidumbres de la mitomanía: quien la provoca siempre corre el riesgo de ser evocado, si antes no es directamente olvidado, por una de todas sus posibles máscaras.

Las Disidencias en The Objective.

Iñaki Ellakuría: crónicas sobre un presente inquietante

carlosmarmol · 23 mayo, 2025 ·

El periodismo, igual que la literatura, de la que tan sólo le separa el respeto a los hechos y la obligación de decir verdad, sirve esencialmente para construir narrativas que nos ayuden a dotar de sentido a las cosas. Frente a la Historia, cuyo objeto es el pretérito, y está obligada a una discusión permanente, pues al interpretar el pasado pueden alcanzarse consensos, aunque rara vez unanimidades, entre otras razones porque cabe la posibilidad de que un documento, un dato o un testimonio enmiende lo que se piensa indudable, el periodismo debe contar el presente mientras sucede. Esto es: sin seguir una linealidad determinada, con modestia y de forma simultánea al acontecer de los sucesos. Por eso, tan necesario como hacer un relato fiel es analizarlos, ponerlos en contexto, relacionarlos y proyectarlos hacia lo concreto e inmediato. 

Las Disidencias en The Objective.

La literatura ‘popular’ de Eduardo Mendoza: humor, folletín y caricatura

carlosmarmol · 14 mayo, 2025 ·

No existe la alta y la baja literatura. Existen los libros buenos, los correctos y los fallidos, de igual manera que hay premios que dan dinero –léase el Planeta y sus satélites menores: el Nadal y el Fernando Lara– y otros que, como el insigne Cervantes o el Princesa de Asturias de las Letras, otorgan a quienes los reciben, que no necesariamente coinciden con aquellos que los merecen e incluso con quienes los necesitan, respaldo institucional y, por tanto, un mensaje cargado de la semántica de lo oficial. Algunos mejoran el saldo bancario (después de que Hacienda se quede con la mitad del dinero); y el resto aspiran (en vano) a influir en la posteridad. Ninguno, en todo caso, administra en régimen de monopolio el sello fiel de la eternidad, que es algo que únicamente conceden, y nunca para siempre, los lectores. Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943), que hoy recibió el galardón que lleva el título de la heredera de la Corona y en 2016 ya fue recompensado con el primer premio literario en español, el dedicado al autor del Quijote, tenía muchos lectores antes de dichos reconocimientos y, sin duda, los seguirá teniendo después.

Las Disidencias en The Objective. 

Manual para escribir ‘blurbs’

carlosmarmol · 7 mayo, 2025 ·

Acostumbra a decirse, en general sin pararse a pensarlo mucho, que somos lo que comemos y nos parecemos, cosa bastante más dudosa, a aquello que pensamos y decimos, pero la prueba infalible de cuál es nuestra verdadera personalidad reside en cómo y sobre qué escribimos. A excepción de los grandes ventrílocuos literarios, esa minoría (cada vez más selecta) capaz de impostar voces líricas y narrativas ajenas a su condición natural, al resto de la gente se la conoce mucho, demasiado, por su forma de usar el lenguaje. No se trata sólo de seleccionar (o no) determinadas palabras. Son muchas cosas más: la forma exacta de construir una frase, dotarla de un sentido (o de otro), adoptar un tono y practicar una dicción. Hasta la administración de los silencios, que al hablar o al escribir son tan esenciales como las notas blancas de una partitura, crea un ambiente y expresa significados.

Las Disidencias en The Objective.

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Ilustraciones: Daniel Rosell