Probablemente a estas alturas el Reverendísimo debe haberse arrepentido medio millón de veces de no convocar las elecciones anticipadas a finales del pasado año, coincidiendo con el bloqueo presupuestario, cuando la sexta ola y Aguirre, el consejero simpaticón, todavía no habían incendiado a la opinión pública con el colapso -persistente- del sistema sanitario y los sindicatos de clase (vip) no habían respondido a la llamada de socorro del PSOE, cuyo líder sigue mareado tras bajarse de la noria de la Feria de Sevilla. Doñana entonces sólo era un paisaje, Castilla y León un sitio para ir a comer -espléndidamente- y entre Génova y la Puerta del Sol no se había declarado una guerra civil para deleite de los ultramontani, que a este paso van a asaltar sin esfuerzo aquel cielo que Iglesias quería tomar por asalto (hipotecario).
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Deja una respuesta