El espectáculo del intercambio (de cromos) en la Marisma va camino de convertirse en una ópera bufa, con sus momentos de risa, llanto, misterio y suspense. Y con esos personajes memorables de las farsas clásicas, sublimes hijos de la impostura, que dicen una cosa, hacen otra, explican lo contrario de lo que piensan y actúan de manera que sus hechos desmientan sus palabras. Todo un festín para un cronista impertinente, como es nuestro caso. Al grano: Bendodo, el consejero múltiple –porque sirve para todo(s)–, ha dicho hace unos días que los susánidas, difunta legión, antes de partir tristes hacia el exilio “borraron los ordenadores de algunas consejerías”. Esto ya lo sabíamos –todos– antes del traspaso de poderes. No es ninguna novedad. Lo que seguimos sin conocer, tres meses después de la victoria aritmética de las derechas, es quiénes lo hicieron y cuáles fueron los motivos.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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