El momentum electoral en Andalucía funciona como las mareas: el océano crece o decrece en función de la fuerza de la gravedad que el Sol y la Luna ejercen sobre la Tierra. Últimamente predomina la bajamar, lo que se traduce en un descenso (agudo) de las probabilidades –hasta hace poco intensas– de un adelanto de las elecciones autonómicas, que serán el clarín que anunciará otro giro (quizás dramático) en la rueda eterna de la guerra política ibérica. La pleamar parece alejarse en el horizonte cuando más llena está la playa de dioses. El Quirinale de San Telmo continúa barajando sus cartas a la espera de que Génova desvele cuántos embajadores va colocar en la nueva dirección del partido. Esta semana ha hecho pública una encuesta que otorga a Juan Manuel Moreno Bonilla hasta quince puntos de distancia en relación a los socialistas y pronostica un ascenso de más de diecisiete puntos sobre el discreto suelo de sufragios conseguido por el PP en diciembre de 2018. Una fiesta, si fuera verdad.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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