El acuerdo programático ha sido consumado. Aunque, como no hay alegría sin su envés, es todavía incierto si habrá también un gobierno de las derechas múltiples -PP, Cs y Vox- o nos encontraremos alguna sorpresita al final del sendero del cambio que -por mayoría más que suficiente- han votado los electores hace menos de veinte días. En el Quirinale siguen con los hachones encendidos -las velas normales les parecen insuficientes- y las plegarias en bucle dirigidas a todos los santos en ruego perpetuo por un milagro postrero. La Reina (reducta), cuyos días en la magistratura absolutista ya son menguantes, ha adelantado su agenda oficial para disfrutar de las efímeras alegrías del protocolo, pero ya calza botas bajas de piel de serpiente, suponemos que para ir ensayando los pisotones en el lodazal que le espera una vez se desate la guerra civil en el seno (entrañable) del PSOE indígena.
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
Deja una respuesta