Sólo existe algo más intenso que un converso: un aspirante a alcalde. Por lo que se intuye, porque oficial en política no hay nada hasta que sucede, y aún así es relativo, Beltrán Pérez, el nuevo comandado del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, está haciendo méritos (menores) para su nominación -lo decimos en el buen sentido, no sean malpensados, so indígenas- a alcaldable de la Muy Leal, Muy Noble and all this stuff. Las señales son elocuentes. Los signos, evidentes. Basta leer los indicios del cielo. Pérez no deja de mandar a los periódicos fotos en las que aparece reunido con piadosos ministros e intenta ejercer ante la administración estatal (de su partido) el papel de embajador que -de momento- no le han encomendado las urnas, sino la autoridad competente. Lo saben ustedes de sobra: entre los conservadores hispalenses sólo hay un líder natural. ¿Acaso hace falta decir su nombre?
La Noria del miércoles en elmundo.es.
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