La política, a pesar de la estadística, que intenta dotar de orden a la combinatoria de los números según las leyes de la probabilidad, no guarda obediencia debida a las matemáticas. Se mueve por la magia del capricho: cada elección es distinta y las proyecciones enuncian tendencias, pero no garantizan hechos. Lo que suceda el 28M en Andalucía –y en especial en Sevilla– va a ser un termómetro no tanto de la inminente guerra de los ayuntamientos y autonomías cuanto del desenlace de las generales. Los sondeos apuntan a que el PP avanzará en las ciudades, diputaciones y en la Andalucía interior, donde los socialistas tienen su última línea de defensa. En virtud de cómo evolucione la ola Moreno Bonilla puede deducirse la altura de la mareada Feijóo. El dato trascendente, sin embargo, es otro: ¿cuál es ahora el suelo real del PSOE? ¿Están en un bache o en un pozo?
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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