El Año Nuevo inauguró hace casi una semana un ciclo electoral incierto y de perfil suicida. Dos convocatorias –municipales y regionales, más las difusas generales– en sólo doce meses. Sendas batallas por semestre para la misma guerra. Dos frases resumen el ambiente con el que los grandes partidos políticos en Andalucía afrontan la inminencia de las trincheras. La primera es del Papa León X: “Ya que Dios nos ha concedido el papado, gocémoslo”. La segunda pertenece al refranero popular: “ A ser Papa hay que aspirar para a sacristán llegar”. Moreno Bonilla, que desde junio disfruta del boato del Quirinale de San Telmo, actúa como si fuera el mismísimo inquilino del Vaticano. Sus votos de fe (andalucista) pretenden ampliar su electorado sumando a todas las minorías posibles, sin descartar a los socialistas críticos que el 19J le concedieron la absolutísima. A mediados de este mes de enero tiene convocada una missa solemnis para presentar en sociedad a sus candidatos en las capitales de provincia.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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