Los gestos iniciales de un político al llegar al poder –eso que suele llamarse la cumbre– tienen una indudable vocación simbólica. Funcionan como el preámbulo de un libro: establecen el marco de lectura concreto con el que los protagonistas del relato desean ser interpretados. Los hechos, un poco más tarde, confirman o desmienten este retrato, convirtiendo en un cuento de terror lo que empezó siendo una narración bondadosa o tornando comedia lo que aspiraba a ser poema épico. Moreno Bonilla, al que podríamos denominar Juanma Carambola, pues ha alcanzado la presidencia de la Junta gracias a una inesperada jugada de billar a tres bandas en la que han participado Cs y Vox, un matrimonio de derechas que se detesta pero está obligado a habitar en el mismo domicilio, no es una excepción a esta regla.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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