No hay como volver a casa. Incluso aunque no te hayas ido o ni te acuerdes de cuándo pudiste escapar. Septiembre, no se sabe bien la razón, aunque quizás se deba al inicio del curso escolar, es un mes de gloriosas promesas fallidas, reencuentros y anuncios supremos. Antes se hacían en persona. Ahora se divulgan por las redes sociales, infectadas estos días de los estrenos de rigor. Ya saben: hoy comienza todo and all these stuff. En realidad, nada empieza. Todo sigue igual en la Marisma: calor tropical, indolencia espiritual y el extraordinario circo político indígena. Como todo el mundo anuncia algo, el Reverendísimo Bonilla se fue a la obertura del gran Jesús Vigorra -experto consumado en las artes de Thalía, radiofonista culto y de culto- a anunciar (aquí deberían sonar trompetas, pero viajamos en el vagón de silencio) que su gobierno está sopesando (seriamente) crear una especie de Autoridad Única de Consumo tras el espectáculo (nada edificante) de la listerosis.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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