Rousseau, firme defensor de la bondad natural del hombre, decía que las cartas de amor se empiezan sin saber bien qué se va a decir y se terminan sin saber (del todo) lo que se ha dicho. La sentencia de los ERE, hecha pública este martes en Sevilla, responde a la primera parte de este modelo retórico pero enmienda la segunda: los jueces que han rubricado el fallo que condena a 19 de los 21 encausados -todos políticos; los dos funcionarios han sido absueltos- han escrito, en lugar de una misiva fraternal, una enmienda a la totalidad a dos décadas de socialismo absolutista en Andalucía.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Deja una respuesta