No hay dos sin tres. Sobre todo en Navidad, que es el tiempo de las buenas intenciones y los mayores desengaños. El año termina con la aprobación solemne del segundo presupuesto de las derechitas rumberas que, para espanto de las menguantes huestes susánidas, mudas y sin resuello tras la primera de las infinitas sentencias de los ERE, garantiza que el tripartito perdurará toda la legislatura, como era previsible desde el primer día, en contra del ojo clínico de ciertos heraldos. El Reverendísimo Bonilla, al que en Canal Sur le dedicaron para celebrar la efeméride una entrevista-masaje en prime time con su apartado familiar (de la serie vita privata), vende su estabilidad (que no es lo mismo que la nuestra) por donde va sin que nadie le replique. Felicidad y sonrisas. Es tiempo de Fanta y polvorones para todos.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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