Las mayorías políticas, que son la ambición de cualquier prócer que se precie, gozan de mala prensa. En cambio, los pactos –en ocasiones demoníacos– tienen, sobre todo para quienes los rubrican y se benefician de ellos, excelente reputación. Cosa asombrosa, pues lo trascendente en ambos casos es el sentido de las mayorías y el contenido político de los acuerdos. La letra pequeña. La semana ha comenzado en la Marisma con el anuncio de que PP, PSOE y Vox, las tres principales fuerzas parlamentarias de la República Indígena, han llegado a un acuerdo (amistoso) para repartirse el cónclave de gobierno de Canal Sur y el Consejo Audiovisual, que tres años y medio después del cambio (sin cambio) sigue sin servir para nada a excepción de para pagar una generosa nómina a sus obispos. La trompetería habitual, incluida la pensionada o la que suspira por serlo, elogia la capacidad del Quirinale para dialogar con la oposición.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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