El diablo –dicen quienes hablan en inglés– habita en los detalles. La frase es una sabia advertencia: lo que a veces parece bueno acaso no lo sea tanto. Y viceversa. Todas las cosas tienen su derecho y su revés, su anverso y su reverso. Incluidas las banderas fiscales que el Reverendísimo agita últimamente con un efectismo no exento de sombras, y que la parroquia de su antigua Malaka, con distinto grado de énfasis, lleva días aplaudiendo por tierra, mar y aire. Pues bien, es nuestra obligación como periodistas recordarle a Il Presidentino que entre sus prioridades debería figurar –y en esto va tan tarde que ni siquiera ha avanzado un trecho del camino– la reforma del sistema de dependencia en la Marisma. Esto es: los geriátricos.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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