Las elecciones andaluzas van a ser como un eclipse lunar. Si los sondeos no fallan, la Tierra (Andalucía) se interpondrá dentro de unas horas entre su satélite (Susana Díaz) y el Sol (las urnas), oscureciendo una luz que nunca ha sido propia, sino reflejada. El 2D está destinado a convertirse en la sombra (creciente) de la hegemonía del PSOE en el Sur, que dura 36 años. Con independencia de los resultados, esta cita electoral de invierno hace honor a la frase de Churchill: “Esto no es el final. No es siquiera el principio del fin. Pero quizás sea el final del principio”. ¿De qué exactamente? De un ocaso político que no va a ser inmediato, ni súbito, pero sí parece irremediable. Y que se inició, igual que sucede con los condicionantes del tiempo y las leyes de la biología, mucho antes de que el organismo afectado note su presencia.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia
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