La política, en contra de lo que algunos creen, no es una línea recta, sino un circuito lleno de curvas donde el punto de salida suele coincidir con la meta. Que esta última estación término sea lo primero, o lo segundo, depende únicamente de la convención social que impere en cada momento. En la Marisma, donde los meandros mentales históricos impiden avanzar, esta ley se cumple de forma casi exacta. Fíjense, si no, en la autoenmienda que los escabechistas -sociedad en comandita del Reverendísimo Bonilla y el Adelantado Marín para gobernar Andalucía con un cambio que no es tal- han hecho a sus propios presupuestos, los primeros celebrados como la señal (milagrosa) de la famosa estabilidad institucional. El gran Chema Rodríguez lo ha contado en El Mundo y, en un ejercicio piadoso por el que se ha ganado el cielo, también ha iluminado a la leal (es un decir) oposición, que sigue en su particular nube.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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