La duodécima legislatura comienza igual que undécima: con un extraordinario banquete de escabeche servido con abundante moderación, concordia y generosidad, mucha generosidad, aunque, como siempre, a nuestra costa. ¿Esperaban acaso otra cosa, queridos indígenas? «Adonde interviene el favor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen todas las dificultades», dejó escrito Cervantes, que conocía de sobra que las sombras de la concordia suelen traducirse –traduttore, traditore– en un obsceno reparto de canonjías, raciones, sueldos, panes y mantequillas, como diría Góngora, para solaz (metafórico) del simpaticón Aguirre, señor de las Cinque Piaghe y amante de la buena onda, como dicen en la Argentina.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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