Toda la legislatura del cambio (sin cambio) en Andalucía puede explicarse mediante la generosa figura retórica de la elipsis, que permite omitir una o varias palabras en una frase sin que su sentido se vea alterado. Los silencios en política, igual que en una partitura, suenan in absentia. Y, en este caso, resuenan. El anuncio de los sindicatos de convocar movilizaciones en febrero contra el gobierno de las derechas –en vísperas del adelanto electoral en el Sur, que probablemente se sucederá dentro de quince días, en cuanto pasen las elecciones en Castilla León, quizás antes del 28F, día oficial de la autonomía– supone un giro inesperado en la guerra a la que están a punto de enfrentarse Moreno Bonilla y sus socios (menguantes) de Cs.Se trata de una batalla que perfectamente sería evitable –hasta quedar reducida a la condición de escaramuza– si el Quirinale no hubiera cargado en exceso la suerte y, confiando en el benigno augurio de los sondeos, no hubiera abandonado a su suerte a la sanidad pública en Andalucía.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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