«En política ladrando se llega a todas partes», escribió Roberto Arlt. Ladrar sigue siendo un requisito necesario para prosperar, pero ya no es suficiente; la cumbre ahora requiere que Tu Señora -léase en clave costumbrista- te haga un video en el despacho oficial y lo cuelgue solita en Instagram, ese prodigio, anunciando al orbe (incluida una oposición sin ideas) que tu covacha necesita una reforma (con cargo a los contribuyentes) para ser digna del glamour según Mijas. Mayormente, pijo a no poder más. «Cariño, di hola». Parece broma, pero es lo que le ha ocurrido a Cortés (Manuel), directore generali de la Agencia de Educación, un ente que, según la auditoría del bipartito, es prescindible pero todavía existe. ¿Por qué? Misterio.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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