El Reverendísimo, al que las últimas encuestas –con permiso de los indecisos y el calor, sus dos grandes adversarios este 19J– continúan augurando una victoria (insuficiente), no es, desde luego, un salmón. Nadar en dirección opuesta a la corriente dominante nunca ha sido lo suyo. Es un político que, como el famoso nadador de la canción de Radio Futura, aprovecha la ola. Al segundo debate electoral –en Canal Sur lo llamaban decisivo, pero fue desordenado y bastante reiterativo– el jefe del PP acudió con el mismo tono que al anterior: con la voluntad de ser positivo, moderado, sereno, aseado, bueno, beato. En definitiva, el Rey de la Horchata: cero sangre, mucha miel. Por supuesto, no podía ser. Las izquierdas –que son ocho, pero dicen lo mismo (por separado)– no levantan el vuelo en los sondeos, así que no estaban por la labor de consentir la eterna cara de yo no he sido de Il Presidentino.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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