La máquina del cambio en la Marisma comienza por fin a moverse, aunque no vaya a avanzar más que unos pocos centímetros. Desde la fábula de Aquiles y la Tortuga sabemos –gracias a Zenón– que la realidad (política) es ilusoria y que el movimiento aparente puede ser mentira. Pero lo trascendente, sobre todo en vísperas de unas elecciones, es que parezca lo contrario. Por eso el gobierno andaluz va a reducir los impuestos que pagan algunas familias numerosas y crea «un grupo de trabajo» -han evitado llamarlo observatorio, pero es lo mismo- para que «evalúe las entidades instrumentales de la Junta». Tenemos pues un cambio (relativo) a dos velocidades o asimétrico: los impuestos bajan para los que tienen muchos hijos, como quería Vox, las tasas de las guarderías suben y la reforma de la Administración queda suspendida ad calendas graecas, porque il gruppo di lavoro no tiene, que sepamos, un plazo temporal para ver lo que salta a la vista: nos sobran enchufados, pesebristas y funcionarios.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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