Igual no se han dado cuenta, queridos indígenas, porque el Reverendísimo Bonilla dice las cosas bajito y -es una virtud que le envidiamos- sin alterarse un punto (o dos), pero estamos inmersos en una guerra múltiple, aunque no podamos decir que sea también valerosa. No nos referimos a la hostilidad (famélica) que todos libramos contra el coronavirus -vulgarmente conocido como el bicho-, ni a la fiera y descomunal batalla que, cual entregados quijotes, vamos a mantener con los molinos da vento (esos gigantes) que son la crisis, el paro y la ruina, que se nos presentan por tierra, mar y aire. Hablamos de la batalla del nuevo agravio. Dícese del litigio que la Marisma mantiene con Madrid -da igual el que esté en la Moncloa, porque la cosa es alterna- cada vez que al inquilino del Quirinale le llevan la contraria.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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