Decíamos (el otro día) que el susanato quiere resucitar los albores de la patria para camuflar los aciagos pronósticos electorales, conjurar el negro fracaso de las Primarias y, ante una posible debacle, recoger del suelo la banderita del abuelo. Nacionalismo populista tamaño XL. La estrategia va a toda máquina: 48 horas después del cabildo -donde Ella le decía a Él que no le haga elegir entre «su tierra» y el PSOE, cosa que ya hizo en favor de Ferraz cuando intentó dirigir el partido- la vanguardia de los consejeros susánidas montó colegiadamente en cólera -espontánea, claro- por un comentario en facebook del cónsul en Washington, Enrique Sardà Valls, que criticó «a la Susi»[sic] por usar un traje del mismo color -rojo pasión- que Letizia. Sardà desconoce que en la Marisma sólo hay una Reina. Y no se llama Letizia.
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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